• No hay productos en el carrito.

¡Viva la Libertad!

¡Viva la Libertad!

 

Por Martín Alomo y Vanina Muraro*

 

“¡Libertad, libertad, libertad!”. Todas las mañanas, vestidos de delantal blanco, durante los años de escolarización primaria y secundaria, y luego acompañando a nuestros hijos, hemos entonado las estrofas del Himno Nacional. En los actos escolares, en la voz de nuestra amada Mercedes Sosa, de nuestro admirado Charly García. ¡Libertad, libertad, libertad!

Nosotros militamos la libertad. Modestamente, desde estas líneas. En las aulas, frente a nuestros estudiantes. En casa, conversando con nuestros seres queridos, con nuestras amigas y amigos y, claro, con nuestros hijos. En el consultorio, cuando escuchamos a aquellos que vienen a pedir un alivio, nuestros pacientes. La libertad de ir más allá de los mandatos, de los ideales y de las cartas que parecen jugadas de antemano, porque sabemos que no es obligatoria la sumisión a ningún tipo de miseria.

Militamos la libertad desde nuestros lugares, como hacemos quienes creemos firmemente en la necesidad de la presencia del Estado para garantizar derechos esenciales y ampliarlos, para proteger a los más vulnerables y desfavorecidos, para hacerse cargo de esa tarea inmensa que ningún particular podría ni sabría realizar.

Para nuestra militancia cotidiana, sencilla, de a pie, contamos con referencias inspiradoras. El General Don José de San Martín, Libertador de América. El Padre de la Patria y de nuestros países hermanos y vecinos. Él, en nombre de la Libertad y con el heroísmo necesario para hacerle frente a las situaciones más hostiles, aun con su salud diezmada, tuvo el coraje de avanzar hacia la conquista de sus ideales. A nuestro Libertador hoy le rendimos tributo y homenaje, siempre merecido. ¡Viva la Libertad!

 

Las palabras se cansan

 

“Como un canto rodado, como una piedra que rueda perdida sin rumbo y sin hogar”, así peregrinan, errantes, las palabras. Se cansan, se gastan y se disfrazan con nuevos vestidos. La referencia a Bob Dylan nos recuerda la frase de Julio Cortázar: “las palabras pueden llegar a cansarse y a enfermarse, como se cansan y se enferman los hombres o los caballos. Hay palabras que a fuerza de ser repetidas, y muchas veces mal empleadas, terminan por agotarse, por perder poco a poco su vitalidad. En vez de brotar de las bocas o de la escritura como lo que fueron alguna vez… las vemos o las oímos caer como piedras opacas y a servirnos de ellas como pañuelos de bolsillo, como zapatos usados (“Las palabras”, hermosa conferencia de Julio Cortázar pronunciada en Madrid en 1981, cuya lectura recomendamos con énfasis).

“Para la libertad sangro, lucho, pervivo” canta Serrat a Miguel Hernández. Termina esa poesía “Porque soy como el árbol talado que retoña, aún tengo la vida”. Aun recluido el poeta y prometido a la muerte, su ideal de libertad sobrevive incólume a la brutalidad de sus verdugos.

Poco más de un siglo después de la muerte del General San Martínen el exilio y la pobreza, en 1955, en nuestro país, al mando de Aramburu y Rojas, un golpe de Estado infame se autodenominó “Revolución Libertadora” arrogándose para sí el uso de esa palabra que fuera proclama de independencia. “Fusiladora”, supo corregir el pueblo sojuzgado y llamar a las cosas por su nombre.

Como decíamos, militamos la libertad. Por eso consideramos fundamental eliminar la inequidad social y otorgarles a todas y todos las mismas oportunidades. Para ello es imprescindible la participación comprometida del Estado.

Esta justicia social, fundamental para vivir y desarrollarse, no puede conseguirse en un país que no sea libre. Nos referimos a la Libertad de contar con un sistema de salud pública de bandera, una educación pública de bandera, un sistema científico de bandera, una moneda de curso de legal de bandera. Necesitamos un país libre y soberano para poder pensar en la justicia social indispensable.

 

¿Qué sería de la libertad sin las mujeres?

 

En los últimos años, el avance de la conquista de ampliación de derechos por parte de las mujeres argentinas ha constituido eso que las protagonistas denominan “la lucha de las pibas” o, aludiendo a la azarosa elección del color de sus pañuelos identificatorios: “la marea verde”.

“La marea verde”, junto a otras instituciones imprescindibles de nuestro país -como las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo- nos han enseñado cómo las mujeres saben utilizar el poder con un estilo diferente al de la masculinidad tradicional, caracterizada por un exceso de brutalidad y testosterona ectópica.

Las mujeres, en sus batallas por conquista y ampliación derechos que legítimamente les corresponden, nos han enseñado que la fuerza y la lucha es transversal, que atraviesa a toda la sociedad, que puede empezar en las redes, pero debe llegar a las calles y que se sostiene con el cuerpo y con el deseo a viva voz.

Ellas son la fuerza del presente y el futuro libre. Han sabido entender la importancia de que avance la libertad de las generaciones a las que nos toca compartir un momento de la historia en este país.

Argentina, un lugar en el mundo muy particular: hospitalario para con sus pueblos hermanos, pionero en conquistas sociales superlativas, como la sindicalización de los trabajadores y trabajadoras, el voto femenino, la educación pública y gratuita, la salud pública para todas y para todos, el matrimonio igualitario, y un sistema científico con una institución como el CONICET, que ocupa el puesto 17 en el mundo entre las más de dos mil instituciones gubernamentales dedicadas a la investigación científica.

¡Libertad, libertad, libertad! Con Educación Pública, con Salud Pública, con un sistema científico nacional sólido y sostenible coordinado por el CONICET. Nosotros, profesores e investigadores de la Universidad de Buenos Aires, hijos orgullosos de la educación pública argentina de la que nunca dejamos de formar parte, terminamos esta reflexión con una referencia freudiana: “Se comienza por ceder en las palabras y se acaba por ceder en las cosas”. Que no nos arrebaten la Libertad.

¡Viva la Libertad!

 

*Ambos autores son psicoanalistas. Doctores en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Docentes de grado y posgrado de la Facultad de Psicología, UBA. Investigadores UBACyT. Autores de numerosos libros y artículos científicos sobre clínica psicoanalítica. Evaluadores de diversas publicaciones científicas.

MARTIN ALOMO

Dr. en Psicología de la UBA

Para contactarse con Martín puede escribir a:
martinalomo@hotmail.com

    Contacto con Martín Alomo

    Escriba su consulta con todos sus datos y le responderé en breve.

    Nombre Completo*
    Email*
    Consulta*
    *Todos los campos son requeridos
    © MARTIN ALOMO. Todos los Derechos Reservados. Diseño: Estilográfico | Desarrollado por LK