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Las Tragedias del Deseo. Antígona, Lear, Hamlet. De Martín Alomo y Vanina Muraro.

Ficha Técnica

Buenos Aires: Letra Viva, 2014.
ISBN: 978-950-649-555-8. 110 p.

Categoría:

Descripción

Prólogo

Una hermenéutica nueva es aquella que invoca la disolución del tráfico misterioso ante lo irresoluble. Martín Alomo y Vanina Muraro, partiendo del estudio de algunos personajes literarios, proponen en este libro recentrar diferentes tipos de elección. El deseo, paradójico y errático, custodio del campo discursivo irreconciliable como la tragedia misma, además de ser el lugar del sujeto en el inconsciente, bascula el ser para la muerte. La muerte libera de la muerte o quizá sólo del morir, se lee entrelíneas en la introducción, una manera distintiva a la del pensamiento clásico que apela a esa instancia como esencia. Nada contiene dentro de sí la muerte, sin embargo, de la posición ética que se escoja, de la relación del sujeto con la acción, el “llegar allí sin ceder” potenciará un buen vivir. Más allá del umbral de beneficio, frecuentemente consistido en el  ideal de felicidad demandado al analista.

El cruce entre literatura y psicoanálisis ofrece generadores incesantes para  localizar modos específicos de elección ante la contingencia: lo que puede ser y lo que puede no ser. En esa línea, los autores articulan textos a través de los cuales Freud y Lacan plantearon las implicancias de elegir.

Dar al plomo la brillantez de la opacidad, apelar al paradójico valor de las sombras es el motor del decir de Bassanio en su “elección correcta” del cofre, y en consecuencia de la mujer codiciada. El Mercader de Venecia.

Una palabra dos veces palabra -es decir muda- metaforiza el amor de una hija por el padre, negado en su reclamo de lisonjas a escuchar otra verdad que la falsa. “Irrisoria elección” la del “viejo cretino”, suponiendo dar cuando en realidad pedía. Tardío dolor, pérdida irreversible, locura cobrará su nula dádiva. Rey Lear.

Con acordes precisos, en Las tragedias del deseo se sitúa el concepto de segunda muerte, esa zona donde la muerte se insinúa en la vida exponiendo el nivel radical del ser por efecto significante. Puesta en juego la segunda muerte, se abre el espacio ético del “entre dos”, expuesto por Lacan mediante la relectura de Antígona, Edipo Rey y Edipo en Colona.

Telón de fondo, Edipo: mito, sueño, fantasma, paradoja, trama del crimen original. El héroe trágico, en demorado zigzag delinea su deambular hasta advenir cero.

Querer saber, decidir perder, perder todo menos el ser alojado en la nada de ser. No haber sido. Grabado universal de la excepción ante el desierto. Ejercicio trágico de la libertad.

En espejo, Antígona, inflexible –anti “al revés”, “en contra”, goné “nacida”. El coro la nombra “cruda hija de un crudo padre”. Sin duda servida por un rasgo, dignidad doblemente optada; más allá del Otro. Primer plano de hermana, un aleph enarbolando belleza en-cripta, la duración del exceso es el tiempo sin duración de la muerte. Sí, sí al deseo prometido: morir muriendo.

El hombre común chupetea el límite de los abalorios, su película de odiar y atormentarse lo entretienen. Nietzsche en su filosofía de orientación política, afirmó: “Es preferible morir a odiar y temer. Es preferible morir dos veces a hacerse odiar y temer, tal ha de ser, algún día la suprema máxima de toda sociedad organizada políticamente”.

¿Y Hamlet? Pieza de tres mil ochocientos ochenta versos, quinientos de los cuales Shakespeare puso en sus labios. ¿Y el resto? Dos tercios se refieren al príncipe.

Hamlet entre dos lógicas, dos estilos de pensamiento, dos estéticas, las del ocaso del Medioevo y los comienzos de la Modernidad, el renacimiento y el barroco.

Hamlet cuestiona el imperativo paterno, fractura el concepto de obediencia. “Rechaza en lugar de consentir y lleva a cabo esta operación gracias a la estrategia de la locura fingida”, afirman los autores. El recorrido se expande, un abanico de hipótesis en tensión. Las causas exteriores -el reino – la política – la época-, y la Causa, son arbitradas en la medida sin gozne de la complejidad reflexiva sobre los ritos de la muerte, así como en las “extravagantes” intervenciones del personaje -a la letra-.

Liliana Heer, Buenos Aires, Octubre de 2013

MARTIN ALOMO

Dr. en Psicología de la UBA

Para contactarse con Martín puede escribir a:
martinalomo@hotmail.com

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